El pasado jueves 22 de febrero se nos fue uno de los maestros de la escultura, Venancio Blanco que fue Premio Nacional de Escultura en 1959.
Desde 1977 ha sido miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y en 1981 fue nombrado director de la Academia Española de Bellas Artes en Roma. Ha dedicado toda su vida al dibujo y a la escultura, a impulsar el arte en la sociedad, a compartir sus conocimientos, sus experiencias y a transmitir sobro todo a los jóvenes ese entusiasmo por el arte y la escultura.
Mi padre y yo tuvimos el placer de recibirlo hace unos años en nuestro taller donde pudimos pasar un buen rato compartiendo y analizando el gusto por la escultura en todas sus formas, pudimos enseñarle parte de nuestra obra y ver con qué pasión las miraba y las tocaba dándonos siempre su opinión más objetiva. Recuerdo una frase que me dijo: “para la escultura la base de todo es el dibujo”.
El maestro nos dice adiós, pero nos deja un gran legado empezando por sus obras repartidas y expuestas en diferentes espacios y museos nacionales e internacionales, y como no, con la Fundación Venancio Blanco creada por el mismo, un propósito y una idea que buscó incansable a lo largo de toda su vida para aportar una mayor existencia del arte en la sociedad.
escultura, Un maestro de la escultura nos deja